Nota realizada a Nico y sus padres, publicada en el diario EL Telegrafo edicion del lunes 20/07:
Principio tienen las cosas “Nico” se fue a los 12 años a vivir al Parque Central, en lo que no solo fue una apuesta inmensa en lo personal. También fue un desafío para la familia, para su madre Isabel y su padre Alfonso, a quienes la vida ligada al fútbol los hizo entender que este presente era el futuro del benjamín. “Es cierto, el que entra a la cancha es uno, pero siempre está la familia. Es bravo porque me fui de chico, solo, pero el apoyo de mis padres siempre estuvo. También cuando me iba mal, porque no siempre me fue bien. Y en esos momentos duros ellos estuvieron siempre. Ahora me está yendo bien y ellos pueden ir a Montevideo mucho más seguido, disfrutar de lo mismo que disfruto yo. Ser campeón lo pude compartir con ellos y era lo que más quería, porque es una forma de agradecerles todo lo que hicieron por mí”, dice con voz baja el futbolista, mientras cruza las piernas y su madre le golpea un pie dulcemente, con lágrimas en los ojos que intenta disimular. Isabel asegura que no reacciona. “Le decía a Lodeiro (Alfonso) que todavía no caigo. Que Nicolás esté jugando en Primera, que sea campeón uruguayo... esta era su ilusión desde chico. Me acuerdo cuando comíamos los domingos y dejábamos todo así nomás porque él tenía que jugar. ¡Venía a lavar la cocina de noche! Y yo lo llevaba a las prácticas, porque Lodeiro tenía un negocio. ¡Hay tantas cosas!”, dice con ojos brillosos. Pero se muestra orgullosa. No solo por el momento de Nicolás, sino porque todos sienten, en la intimidad, que la apuesta fue perfecta. Aquel campamento para jugadores en Salto llevó a que Nacional se fijara en este sanducero desfachatado con la pelota en los pies y surgió la posibilidad de viajar a Montevideo para ser observado en las inferiores. “Como padres sabíamos lo que él daba, que tenía ese don. Nunca le gustaba perder; ni a la bolita. Y siempre soñaba con Nacional. Aquel año fuimos y vinimos de Montevideo. Fue complicado, pero uno veía lo que él sentía. Y nosotros lo trajimos para el mundo, no para nosotros”, agrega. Nicolás vuelve a la charla y afirma que su ilusión era jugar en Nacional. Y ese sentimiento pudo más. “En el momento en que me fui no pensé en ellos, sino en lograr lo que soy y ganar las cosas que comencé a ganar. Cuando me pongo a pensar, veo que los que más sufrieron fueron ellos. No solo porque me fui, sino porque se les fue el hijo más chico. No debe haber sido fácil para ellos que con 12 años yo estuviera solo en Montevideo, con lo que eso significa para alguien del Interior. No tenía idea de nada. Es totalmente distinto, porque no podés salir a la calle, no tenés un campito donde jugar. Ese era su miedo, pero en ese momento no me importaba”. En esta charla casi informal que se entabló grabador mediante, Isabel le preguntó a su hijo: “¿te acordás cuando te sentamos y pusimos las cartas sobre la mesa? Te vas a ir a un lugar que no conocés, lo que te vas a perder, no tenés quién te ayude con el estudio.” E inmediatamente preguntó al periodista: ¿Sabés lo que nos dijo? Yo me quiero ir”.
“Esto recién arranca” Nicolás, con una camiseta de Nacional en la mano, cuenta que no sintió miedos a la hora de tomar aquella decisión con 12 años. “Es que sabía que si me iba mal o fracasaba iba a ser una linda experiencia por el hecho de haber estado en Nacional. Si me iba mal volvía a casa para hacer la misma vida que tenía antes. Pero con solo ir estaba ganando una experiencia muy linda”. Hoy está a la vista que la apuesta tuvo buen resultado. Pero costó de ambos lados. Sobre todo por el de Isabel, una madre que vio cómo su hijo menor dejaba la casa para ir detrás de un sueño. Un sueño que se transformó en realidad, que deparó alegrías interminables y lágrimas de emoción que han dejado atrás a las que seguramente surgían en silencio, hace varios años. Hoy puede decirse que parte del objetivo está cumplido. Pero Nicolás la tiene clara. Tanto, que si bien admite que “esto recién arranca”, tiene los pies tan suficientemente bien apoyados sobre la tierra como para afirmar que “lo bueno es vivir el presente y aprovechar este momento al que tanto me costó llegar. Quiero disfrutar lo que conseguí, más allá de que uno siempre imagina un pase, Europa o la selección mayor. Cosas con las que uno sueña desde chico. Pero primero hay que hacer las cosas bien. Así es que va a llegar el momento”. STB
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